11 de junio de 2014

Champú seco, imprescindible.


Vamos a conocer un poquito más ese "nuevo" invento destinado a hacernos ganar algo de tiempo en la vida de estrés que vivimos, el champú seco.



Son ideales en momentos en los que necesitamos que nuestro cabello luzca lo mejor posible pero no disponemos de tiempo para dedicarle un buen lavado y secado.
El champú seco consigue que el cabello recupere ligereza y no se vea apelmazado, claro está que no hay nada como un pelo recién lavado, pero el resultado es muy satisfactorio. Además tienen efecto regulador del sebo, aportan volumen y perfuman la melena.

Son muy útiles para usar por ejemplo en verano, tras la playa o piscina, para disimular la suciedad tras el gym, y donde no falta nunca es en el backstage de los desfiles de moda.




Podemos aplicarlo también a zonas concretas del cabello, por ejemplo, el flequillo tiende a ensuciarse más por estar en contacto con el rostro que lleva cremas y maquillaje, lo aplicamos solo en él y de esta manera lo igualamos al resto del cabello sin necesidad de lavarlo al completo.

La aplicación es sencilla, es similar a la laca que utilizamos normalmente para fijar el peinado. Primero agita el bote, luego pulveriza la zona abriendo rayas en el cuero cabelludo, generalmente, a unos 30 cm del cabello, salvo que la fórmula indique que sea más cerca. Espera un poquito, esto también depende de cada una de la fórmulas, por eso interesa leerse el prospecto. El cabello quedará cubierto de un polvo blanquecino, parecido a la harina (de hecho parte de su formulación). Masajea con los dedos las zonas rociadas y luego cepilla. Si tienes que usar el secado mejor con el aire templado o frío.
Seguro que en cuanto lo pruebes no podrás prescindir de su presencia.

Hay muchas marcas, nosotros recomendamos COOL FLASH de BROAER.

 
O Steinhart


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